El titular de la Consultora Mercado, Jorge Majluff, brindó un panorama de los niveles de imagen de la dirigencia política nacional y provincial en el contexto de los meses de pandemia.
En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza), Majluff sostuvo que el trabajo en tiempo de pandemia “no fue con el ritmo habitual de la normalidad” pero de todos modos “se pudo trabajar de todo un poco”. “En ningún estudio realizado el tema pandemia estuvo ajeno, y aunque se hubiera querido hacer, el tema atravesó tanto la opinión de la gente que no hay forma de evitarlo ni la gente lo puede eliminar de lo que opina”.
Sobre la imagen de la dirigencia política, apuntó que “antes de la pandemia Alberto Fernández venía en alza, con guarismos crecientes; iniciada la pandemia tuvo un fuerte crecimiento, bastante importante, con un punto de partida que se puede redondear en un 50% de valores positivos en imagen o gestión, y saltó a valores superiores al 70% lo que duró hasta mediados de mayo”. “A partir de ahí producto del cansancio, de una valoración menos positiva sobre el tratamiento de la pandemia, de la extensión de todo y sobre todo de la saturación de la gente por la cuarentena, empezó a decrecer y perdió ese 20% extra que tenía. Esa tendencia negativa se extendió hasta principio de octubre donde se estabilizó bastante, a niveles pre pandemia y un poco menos. Cuando empezaron a aparecer noticias de las vacunas, su imagen se estabilizó y paró de caer”, describió.
Acotó que “esa curva no difiere demasiado de los demás dirigentes, ya sea provinciales o municipales” y analizó que “las opiniones de la gente respecto de los dirigentes tiene más que ver con su estado de ánimo o con su valoración de la situación actual, que con respecto a decisiones puntuales que pueden haber tomado los dirigentes”. Como ejemplo, afirmó que “no hay ningún dirigente, con excepción de (Horacio) Rodríguez Larreta, que mida mejor ahora que en la etapa pre pandemia”.
Asimismo, sostuvo que “no se puede proyectar nada” en relación con las elecciones venideras por lo atípico de este contexto de pandemia. “No se puede proyectar, el gobierno nacional tiene hoy más negativo que positivo, puede caer y levantar varias veces de acá a las elecciones legislativas del próximo año y también hasta 2023”, apuntó.
Sostuvo que “el estado de ánimo actual de la opinión pública es irritable. Se percibe que al preguntar por medidas de cualquier tipo o alguna imagen, hay poca permeabilidad a entender las medidas y simplemente se reacciona”.
Ejemplificó que “si se pregunta cómo será la situación del país dentro de cinco años, el 60% dice que va a estar mal o muy mal, aunque no hay ningún argumento objetivo para dar esa opinión; si se pregunta por la situación en el corto plazo más del 60% dice que estará peor dentro de un año. La gente opina que el dólar va a superar los 200 pesos o que la inflación de este año será mayor que la de 2019, todo lo cual muestra el pesimismo generalizado de la gente”. “Todos los indicadores que pueden verse indican que la sociedad está pesimista, escéptica, contradictoria, irritable, y eso es una situación complicada para que cualquier medida que tome cualquier gobierno sea bien interpretada o aceptada, pero no al punto beligerante o de conflictividad en los sectores bajos para que haya un diciembre complicado”, resumió.
En ese marco, planteó que los medios de comunicación “tienen un rol muy importante, y estas percepciones no serían tales si los medios –particularmente los que no son tan afines al gobierno nacional- no emitieran los mensajes que emiten”. “La frase de ‘cuántas tapas de Clarín voltean a un gobierno’, no aplica. Esos títulos y noticias deben tener un asidero en la realidad para que la gente los crea, pero con que tengan un anclaje todo lo demás es creído”, refirió.
Sobre dirigentes entrerrianos, dijo que “hay trabajos aislados” y mencionó que “en Uruguay el intendente (Martín) Oliva tiene una aprobación importante, y en San José, (Gustavo) Bastian tiene buen nivel de aprobación”.
Aclaró que “en lo provincial tomamos diferentes ciudades en épocas muy diferentes y no tenemos una proyección solvente para describir la situación de forma concreta” pero de todos modos, planteó que al gobernador Gustavo “Bordet le cabe la misa curva que se refirió a Fernández pero con otro punto de partida, ya que inició la segunda gestión con más del 60% de imagen positiva, lo cual se mantuvo y mejoró un poco iniciada la pandemia pero luego cayó al mismo ritmo de todos los dirigentes y se estabilizó después de perder 10 a 15 puntos hace un par de meses”.
“El punto más bajo fue por agosto donde sumado a toda la cuestión de la pandemia en la provincia se juntó la ley de emergencia, los incendios en el Delta, el tema docente comenzó con una situación más complicada. Ahí tuvo su piso y a partir de allí se estabilizó, y esta semana con noticias más positiva puede empezar a retomar su imagen”, detalló.
Sobre la imagen de la oposición, sostuvo: “No recuerdo a tanto tiempo de una elección ejecutiva que un dirigente de la oposición provincial, del color que fuese, tenga un peso importante y ni siquiera tenga un nivel de conocimiento importante”.
“Hoy si se habla de dirigentes opositores dentro del microclima seguramente surge el nombre de (Rogelio) Frigerio, de (Pedro) Galimberti o de (Luis Miguel) Etchevehere pero para la opinión publica todavía eso no toma forma. Hay gran dificultad de los dirigentes locales para posicionarse; al no haber medios provinciales fuertes y con una penetración importante, difícilmente un dirigente pueda posicionarse en el ámbito provincial, pero además el tema no está en el interés de la gente”, reflexionó.
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